Todos los aficionados a los videojuegos que hemos vivido los también maravillosos años 90 recordamos con nostalgia las tiendas de la por entonces cadena conocida como Centro Mail (que tiempo después se convertiría en GAME). Durante mucho tiempo fueron para muchos de nosotros un referente a la hora de comprar nuestros juegos. Pero también son recordadas por permitirnos algo que ya, por desgracia, no existe: el cambio.
¿Quién no tiene todavía en su memoria aquellas pegatinas de colores rojo, verde y azul, que definían las diferentes categorías existentes en base a la antigüedad del juego? ¿Os acordáis cómo funcionaba el sistema? Seguro que sí, pero no obstante hagamos un breve repaso del mismo. A todo esto, pido disculpas como siempre si yerro en algún dato y ahora sí, comencemos…
Se podía cambiar cualquier juego que cumpliera ciertas condiciones, como estar en buen estado (es obvio), estar completo (caja, juego y manual) y no encontrarse ya en dicha sección. La categoría más baja era la verde, después la roja y la más alta, la azul. Cambiar un juego de una categoría a la inmediatamente superior suponía desembolsar, además, 1000 de las antiguas y añoradas pesetas, y 2000 si lo que queríamos era pasar de la verde a la azul. Sin embargo, el cambio de juegos de idéntica categoría no representaba coste alguno para nosotros y era lo que se solía mirar en primer lugar. Y por supuesto, cambiar por juegos de categoría inferior tampoco nos obligaba a rascarnos el bolsillo.
Pero un buen día, todo esto terminó. Con el final de Centro Mail se extinguió una política que nos beneficiaba a todos, puesto que era muy raro ver novedades en la zona de cambio. Todos tenían ya su tiempo, y este mercado no afectaba para nada a los nuevos juegos que iban saliendo. La tienda obtenía algunos beneficios y los usuarios no teníamos que dejarnos la paga para jugar a aquellos títulos que en su momento se nos pasaron por alguna razón. Hoy en día la cosa es muy distinta, desembocando en un abuso absoluto hacia el comprador con precios desorbitados que, en muchas ocasiones, se aproximan y casi igualan al juego de segunda mano con el nuevo, previo pago por parte de la tienda al dueño del mismo de una irrisoria cantidad que apenas se acerca a la cuarta parte del precio marcado. Existe una forma de sacar más (en apariencia) y es solicitar el pago en un vale o ticket para gastar en la propia tienda, con lo que lo único que hacemos es regalar nuestros juegos, teniendo después la obligación de coger algo antes o después, puesto que el mencionado vale tiene caducidad…
Centro Mail no era la única tienda que aplicaba la política del cambio de juegos, pero a buen seguro es la más recordada. Desgraciadamente, dicho método nunca volverá. Se fue para siempre, al igual que la época en la que nació y floreció para disfrute y regocijo de los que, entonces, nos ilusionábamos con los videojuegos mucho más que en la actualidad.
El Centro Mail era realmente pionero y vanguardista. Gracias a ellos, pude empezar a jugar a juegos de pc online (como el duke nukem 3D, el counter y el diablo 2, entre otros), con sus ciber, adheridos a la propia tienda. Se echa de menos, actualmente ya solo queda el cambio a nivel privado y jugar en casa, perdiéndose parte del componente social que tenía todo esto. Un saludo.