El arte del «demake»

Antiguamente, en una época en la que máquinas con diferentes características convivían, era normal encontrar diferencias entre las versiones de un mismo videojuego. Los ejemplos son casi innumerables, desde las recreativas y pasando por las consolas hasta los viejos ordenadores de 8 bits. Hubo varios ciclos a lo largo de los años pero un día, cuando la tecnología creció lo suficiente como para igualar las cosas, todo cambió y las versiones menores, aquellas en las que se ponía todo el ingenio para alcanzar, en lo posible, la calidad del original, desaparecieron. Sin embargo… ¿lo hicieron para siempre?

Ahora, desde hace no mucho tiempo, hay una nueva corriente de negocio en el mundillo, que no es otra que la de los «remakes» o reediciones de antiguos juegos, adaptados a los cánones actuales. Hay de todo, desde los que solo adaptan la resolución hasta los que se ven mucho mejor trabajados, con un aspecto totalmente nuevo. La gente adora los «remakes» (yo no los odio aunque a veces se abuse mucho de su relación calidad/precio), y su existencia ha traído también una contrapartida, llamada «demakes» que, basándose en el principio antes descrito de aprovechamiento del hardware, intenta llevar diferentes juegos a un sistema inferior para el cual nunca fueron pensados, con naturalmente todo lo que ello conlleva en materia de sacrificios de elementos y calidad de los mismos.

Las imágenes que acompañan a este texto son conceptos de lo que podrían ser buenos «demakes». ¿Os imagináis un Bioshock de 8 bits? ¿Mirror’s Edge? ¿The Last of Us? He escogido estos, pero hay miles de ejemplo más. Llevar a cabo estas obras, de ser posible, no sería solo una curiosidad sino un reto, un gran reto que solo está al alcance de aquellos estusiastas con grandes conocimientos de programación retro que se atrevan a acometer dicha heroicidad. Ya existen buenos ejemplos, como la versión del Street Fighter II para Amstrad CPC, largamente rumoreada durante años, que nunca vio la luz por parte de Capcom y que está actualmente en desarrollo. Y no será lo último que se haga…

¿Quién se anima a crear el próximo «demake»?

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