Nosotros los autores de este blog, como muchos otros, crecimos con el Amstrad, el Spectrum, Commodore, etc, y muchas veces nos encontrábamos con algo muy curioso, algo que, si se diera en la actualidad, sembraría una polémica absoluta. Me refiero a las capturas que venían en muchos juegos y que lucían estupendamente, haciéndonos soñar hasta que debajo leíamos: «Pantallas versión Amiga»… 😀 😀 😀
(Shinobi, en sus versiones arcade, Master System y Amstrad CPC)
¿Significa esto que nos sentíamos decepcionados? En algunos casos sí, pero en muchos otros todo lo contrario. Poníamos el juego y, al ver cómo este había sido portado, no podíamos sino elogiar el gran trabajo que los programadores habían llevado a cabo. Y, ojo, teníamos en aquellos años una edad bastante corta como para pensar de aquel modo, sobretodo viendo casos actuales de gente de más de 20 años que lloran cuando descubren que la versión de un determinado juego que tienen carece de algunas cosas respecto a la de otros. Lo dicho con anterioridad también lo vivimos con las consolas de 8 y 16 bits ¿Son peores los juegos de 8? No, simplemente son diferentes y por lo general, muy buenos si tenemos en cuenta el sistema en el que se ejecutan.
(Virtua Racing, a la izquierda la versión arcade, a la derecha la de Mega Drive)
Pienso que no todos los que vivimos aquellos años pensábamos igual. Yo y los míos sí valorábamos las conversiones, y seguimos haciéndolo. No solo nos permitían disfrutar de productos que no podíamos tener de otra forma sino que también nos enseñaron una valiosa lección que, tristemente, se ha perdido: trabajar con pocos recursos y sacar el máximo provecho de estos. Por suerte, muchos son conscientes de esto y siguen, a día de hoy, buscando ese límite que, actualmente, nos parece casi inconcebible y nos sorprende gratamente cuando se llega a él.
(Sonic The Hedgehog, en su versión original de Mega Drive y en Master System)
(El arcade «Teenage Mutant Ninja: Turtles» y su fantástica versión para Amstrad CPC)